viernes, 25 de octubre de 2013

La Oficina de Extranjería de Málaga deja en el más absoluto desamparo a una familia española

La Oficina de Extranjería de Málaga, sita en Calle Virgen del Gran Poder Nº 40, niega la renovación de su residencia a una canadiense residente en España desde 1973 y casada con un español desde el año 1988 (25 años). Su error, haberse pasado la fecha de renovación de su residencia que venía renovando cada cinco años, debido a los cuidados que tenía que atender de su madre enferma y previamente de su padre. De no ser por aquel olvido hoy tendría ya, según la Ley de Zapatero de 2007, la residencia permanente sin necesidad de renovación alguna de haber cumplido con esa última renovación. Pero se le pasó la fecha y la interpretación de una ley que venía a regularizar en teoría, desregulariza a personas cuya situación estaba totalmente regulada. Cuando lean el cuerpo de esta información, estarán de acuerdo conmigo en que en España, ciertos cargos le vienen grande a la formación cultural y personal de quienes los ocupan. Nada extraña en España, donde la corrupción parece ser perpetua. Ahora, a la mujer con un contrato en la mano y habiendo trabajado y cotizado ya para la seguridad social durante la década de los 90 y principios de la del 2000, le es negada su residencia en dos ocasiones seguidas, sin, seguramente haber mirado siquiera la persona encargada de decidir (que esa es otra guasa) la documentación presentada, pues repetidamente la "ley" le exige que tenga medios o que su marido (también en paro) los tenga. Para lo cual le exigen firmar un juramento ilegal e inconstitucional, ante notario, de que tiene medios para cuidar de su mujer con la que lleva casado 25 años y cuya petición contemplada en  la ley vulnera los derechos de los españoles a la intimidad y a la no discriminación por "condición social". Cuando la redacción de esta información esté completa en esta página, ustedes se preguntarán: ¿qué clase de bultos dictan las leyes en España? Es una comidilla que de siempre se comenta en España, pero nunca se hace nada y ya es hora de que se tome partido y la prensa (cuyos grupos empresariales controlan también televisiones y radios) comprada por gobierno u oposición adopte su papel: de profesionalidad definitivo y dejen el servilismo de un lado...


Continuará...

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